Debido al avance de la medicina cada vez hay más personas que alargan su vida gracias a trasplantes, cirugías, medicamentos, etc. Esto hace que cada vez haya más pacientes de riesgo que necesitan ser tratados en odontología en condiciones de máxima seguridad. Del mismo modo existen personas que por razones físicas o psicológicas son incapaces de mostrarse colaboradores en los tratamientos dentales. Es a este tipo de pacientes a los que la odontología trata de ofrecer una solución mediante la anestesia general, posibilitando de esta manera que puedan tratarse problemas dentales que, de otro modo, no podrían ser tratados.

La anestesia general se obtiene con una pérdida de consciencia controlada, acompañada por una pérdida parcial o total de los reflejos defensivos, incluyendo la capacidad de mantener independientemente una vía aérea y de responder a órdenes verbales. En odontología esta técnica debe ser realizada obligatoriamente por un anestesiólogo, en un quirófano y en compañía del odontólogo.