¿Se trata de una enfermedad nueva?
La viruela de mono no es una enfermedad nueva. El primer caso se registró en el año 1970 en la República Democrática del Congo, en un niño de 9 meses. Sin embargo, esta enfermedad siempre ha prevalecido en el continente africano. En el pasado, solo se ha registrado un caso de brote de este virus en Occidente. Tuvo lugar en los Estados Unidos en el año 2003, y los estudios de rastreo han llegado a la conclusión de que la fuente probable del contagio fue el envío de los roedores salvajes de Ghana a dicho país.
Recientemente, en el Reino Unido se ha registrado el primer caso de la viruela de mono, detectado el 7 de mayo de 2022 en un individuo que había viajado a Nigeria con carácter previo. El primer caso mortal de la viruela de mono de este año se registró el día 30 de mayo de 2022 en Nigeria.
¿Es muy contagiosa?
No es una enfermedad muy contagiosa, en comparación con COVID-19, por ejemplo. Al menos por el momento. Las formas de contagiarse varían desde el contacto con superficies que ha tocado el contagiado (así que vendrán bien las medidas de desinfección que hemos estado perfeccionando durante la pandemia) hasta el contacto físico cercano (suficiente como para intercambiarse los fluidos corporales, e.g. saliva o fluidos genitales). Hasta hoy, todos los casos de transmisión registrados han sido por el contacto sexual.
Las personas que tienen erupciones características de este virus en el cuerpo son contagiosas, pero las personas que todavía no han manifestado ningún síntoma también pueden ser contagiosas, y esto es potencialmente más peligroso y problemático.
¿Cuáles son los síntomas?
¿Y las personas de riesgo?
¿La viruela de mono se va a volver más contagiosa y más peligrosa?
Los científicos sólo pueden especular por el momento. Algunos dicen que con cada contagio el virus se vuelve menos agresivo y menos contagioso, y otros temen que pueda mutar y convertirse en un virus mucho más potente y peligroso. Por el momento, ha habido pocos casos como para decir algo con certeza.
La viruela de mono puede representar un peligro potencial para la población, porque muchas personas no están vacunadas para la viruela y aquellos que sí lo están, han sido vacunados antes del año 1982, y la inmunidad se está perdiendo con el tiempo.
Según la estadística, la enfermedad tiene una tasa de mortalidad de un 3-6%, y la tasa es más baja entre la gente vacunada. Hay que tener en cuenta que casi todos los brotes de la viruela de mono han tenido lugar en África donde hay menos recursos sanitarios disponibles para las personas. Así que es muy probable que en el caso de propagación de la enfermedad, la tasa de mortalidad no sea tan elevada.
¿Pandemia 2.0?
Los gobiernos ya están adquiriendo las vacunas contra la viruela para administrarlas a aquellos que tienen riesgo alto de complicaciones por su estado de salud y a aquellos que hayan podido estar en contacto con un contagiado.
Mientras tanto, los médicos siguen afirmando que el riesgo de propagación de la enfermedad permanece bajo. Además, la transmisión de la viruela de mono puede ser prevenida con medidas de seguridad básicas a las que ya estamos desafortunadamente acostumbrados.