La parte interna de la nariz está recubierta por una mucosa húmeda y fina que posee una gran cantidad de pequeños vasos sanguíneos cerca de la superficie. Cuando este tejido sufre una lesión, incluso un pequeño arañazo estos pequeños vasos sanguíneos tienden a sangrar, algunas veces intensamente. Las hemorragias en la parte frontal de la nariz son las más comunes ya que es la zona más expuesta. En la mayoría de las veces la hemorragia nasal no es nada preocupante, que normalmente se parará presionando en la zona y un poco de paciencia.
Excepcionalmente una hemorragia nasal puede ser peligrosa o fatal. En estos casos, la hemorragia (sangrado profuso) viene de una arteria posterior, más grande y profunda de la nariz. Estos sangrados suelen descender por la parte posterior garganta incluso por las fosas nasales.
La causa más común de las hemorragias nasales suele ser un trauma como hurgarse en la nariz, sonarse con fuerza o un trauma severo facial debido a un accidente automovilístico, deportes de contacto, etc.
Algunas personas son más propensas a sufrir hemorragias nasales por el ambiente en el que viven, el trabajo que desarrollan, problemas médicos o uso de medicamentos. Algunos factores de riesgo son:
Temperaturas interiores cálidas y secas. Estas condiciones hacen que la delicada piel de la nariz se rompa y sangre. Los sangrados nasales son más frecuentes durante los cambios de estación cuando los tejidos aún no se han acostumbrado al cambio de humedad.
Desviación del tabique nasal. Si la pared entre las dos fosas nasales está desviada hacia un lado el aire no fluye de manera uniforme lo que hace que la piel de la fosa nasal más estrecha se reseque y rompa, lo que produce el sangrado.
Resfriados y alergias. Las infecciones de la parte superior del sistema respiratorio y las alergias causan inflamación en la nariz, lo que incrementa el riesgo de sangrado. Una congestión mayor puede provocar que los vasos sanguíneos se dilaten lo que los hace más vulnerables de sufir una herida. Sonarse la nariz muchas veces o con fuerza para limpiarla también puede producir hemorragias.
Exposición a productos químicos irritantes. El principal culpable es el humo del tabaco, incluso para el fumador pasivo. Aquellas personas que estén expuestas a acido sulfúrico, amoniaco, gasolina u otros derivados químicos irritantes también son propensos a sufrir hemorragias.
Condiciones médicas. Fallos hepáticos, trombocitopenia (niveles bajos de plaquetas necesarias para la coagulación), tensión arterial alta (poner vinculo al articulo) y trastornos hemorrágicos hereditarios como la hemofilia.
Abuso del alcohol. El alcohol interfiere en la actividad normal de las plaquetas e incrementa el tiempo que la sangre necesita para coagularse también hace que los vasos sanguíneos superficiales se dilaten, haciéndolos más susceptibles de ser dañados y que sangren.
Medicamentos que interfieren en la coagulación sanguínea. Incluyen los medicamentos anticoagulantes y los antiinflamatorios no esteroideos como la aspirina o el ibuprofeno.
Productos homeopáticos y suplementos dietéticos. Algunos suplementos dietéticos contienen productos químicos que prolongan el sangrado como los anticoagulantes. Algunos de ellos son: salvia roja, dong quai, tanaceto, ajo, jengibre, ginko biloba, ginseng y vitamina E.
Síntomas
La hemorragia suele afectar solo a una fosa nasal, aunque pueden verse afectadas ambas. Si una de ellas se obstruye parcialmente con un coagulo de sangre la sangre saldrá por la otra fosa o bajará por la garganta. En las hemorragias posteriores (en la parte superior de la nariz) una gran cantidad de sangre fluye por la garganta.
Diagnostico
En la mayoría de las personas sanas, las hemorragias leves pueden auto diagnosticarse y ser tratadas en casa. Si el sangrado es masivo y no responde a las medidas de primeros auxilios tendrás que acudir a un profesional sanitario.
El doctor revisará la historia clínica y medicación actual. Preguntará qué cantidad de sangre perdida, que se calcula en base al tiempo que se lleve sangrando y la cantidad de toallas o pañuelos utilizados. Seguidamente el doctor realizará una rinoscopia (exploración de la nariz) para determinar dónde está el sangrado para lo que introducirá un endoscopio por la nariz y puede pedir una analítica básica (hemograma) y un estudio de la hemostasia (TTPA, protombina, plaquetas y fibrinógeno)
Prevención
Como prevenir las hemorragias:
No hurgarse la nariz
Sonarse con cuidado
No fumar
Si el ambiente interior es seco durante el invierno usar un humidificador.
Usar un espray de solución salina para humedecer el interior de la nariz.
Aplicar un poco de vaselina, gel nasal dentro de las fosas nasales antes de acostarse.
Evitar los traumas faciales usando el cinturón de seguridad en el coche y cascos protectores en los deportes de contacto.
Usar equipos de protección en el trabajo para evitar respirar productos químicos.
Tratamiento
Sentarse para la cabeza esté por encima del nivel del corazón, inclinarse hacia adelante despacio y respirar por la boca
Con los dedos pulgar e índice presiona las fosas nasales durante cinco minutos.
A la vez aplicar una compresa de hielo en el dorso nasal para cortar la hemorragia.
Despues de haber presionado la nariz con los dedos compruebar si sigue sangrando. Mantener las compresas de hielo durante otros diez o quince minutos.
Si el sangrado persiste, continuar presionando la nariz otros diez minutos.
Dejar de presionar la nariz y si el sangrado persiste acudir a urgencias inmediatamente.
Cuando los primeros auxilios no han detenido la hemorragia nasal los profesionales médicos pueden:
Aplicar medicación directamente en la nariz.
Cauterizar los vasos sanguíneos con nitrato de plata o un bisturí eléctrico.
Taponar la nariz con gasas o esponjas
Utilizar otros métodos como:
Cuándo solicitar asistencia médica.
Si no se puede detener la hemorragia mediante los primeros auxilios, contacta con un profesional de la sanidad y acude inmediatamente a urgencias.
Así mismo contactar con un doctor si el sangrado, especialmente si se sufren congestiones nasales con frecuencia o secreciones malolientes. En personas de la tercera edad, especialmente fumadores, esto puede ser sintomático de un tumor en la nariz o sinusitis. En niños puede ser por un cuerpo extraño alojado en una fosa nasal.